El crecimiento demográfico obliga a expandirse. Las zonas más caras ya no están en discusión, sin embargo los créditos hipotecarios lanzados recientemente obligan a la búsqueda de espacios nuevos que sean accesibles y confortables. Los detalles.
La Ciudad crece y esto conlleva la demanda de propiedades. Los barrios más caros y populares ya no están a la vista sino aquellos que tienen un potencial desarrollo futuro y prometen ser el nuevo polo de emprendimiento inmobiliario.
Los créditos hipotecarios recientes reactivaron el comercio inmobiliario de compra y venta y esto despertó el interés de los inversores en las zonas menos populares de la Ciudad.
Los barrios más consolidados de la Ciudad como lo son los de la zona norte como Recoleta, Belgrano y alrededores no son aptos para construcciones nuevas por lo que el interés de las inmobiliarias en ellos es mínimo.
Barrios como San Telmo, Barracas, Parque Chacabuco o el sur de Boedo son el nuevo eje de atención de los inversores.
Estas zonas son las que aun conservan un vecindario tranquilo, típico de barrios de provincia, con un movimiento equilibrado y con acceso a todos los trasportes.
La estructura antigua de estos lugares permite que las inmobiliarias hagan sus ofertas para la compra de las propiedades, el posterior derribo y la flamante construcción moderna que para ellos proyecta.
La llegada del metrobus y la cercanía con los trasportes públicos son los atractivos buscados de estos barrios.
Sin embargo estos barrios no interesan solo al sector inmobiliario sino también a los potenciales compradores que viendo las comodidades que presentan , el aviene barrial y tranquilo y sobre todos los costos
Las unidades usadas están entre 20 y 30 por ciento por debajo de las propiedades ubicadas en áreas consolidadas y tienen compradores. José Rozados de Reporte Inmobiliario agrega que comienza a moverse la demanda las zonas que están a 15 o 20 cuadras de las estaciones de los trenes en la provincia de Buenos Aires, las casas de dos dormitorios que se venden a US$ 110.000 y que antes no se colocaban porque la gente no tenía ahorros. Algunos desarrolladores miran con entusiasmo La Boca, buscan tierra en un mercado en el que el metro cuadrado no supera los US$ 2000. "Es un barrio que conserva su identidad cultural, algo muy valorado en el mundo", justifican.