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Una alternativa al quiebre para la librería Adán BuenosAires

Un mal año para las librerías porteñas que acabo incluso con las más tradiciónales. Sin embargo la clásica librería Adán BuenosAires encontró una forma de seguir subsistiendo, se convirtió en una cooperativa. Los detalles de una lucha contra una economía que no ayuda. Las librerías porteñas atraviesan una de las peores épocas del año. Muchas de ellas debieron cerrar sus puertas hasta nuevo aviso luego de liquidar sus últimas ofertas en libros. Hace un mes el dueño de una de las librerías más famosas de Buenos Aires anuncio que cerraría sus puertas, se trata de la librería Adan BuenosAires Sin embargo la decisión fue postergada ante la movilización que causaron los lectores en defensa del espacio. Los diarios barriales anunciaban el cierre de uno de los lugares preferidos de los acérrimos defensores de la lectura en el barrio Caballito. Eso sintetizo el momento de crisis vivido por todas las liberarías porteñas. El aumento de las tarifas ocasionó una perdida interesante en el movimiento cultural de la Ciudad de Buenos Aires. Los amantes de la lectura mostraron su apoyo y adhesión al no cierre de la librería lo que contribuyó a que se encontrará una salida aparente: convertirla en una cooperativa. Según el propietario de la librería, David De Vita, . "Esta etapa de construcción demanda que nos despojemos de los sayos de misas anteriores para crear la nueva liturgia", escribió en su perfil de Facebook. "La decisión está tomada. Adán Buenosaires Libros será un espacio más de la economía social. Daremos en adelante los pasos que sean necesarios para convertirnos en una cooperativa de trabajo. ¡Adán Buenosaires no cierra!". La librería ubicada en Corrientes al 1671 finalmente pudo desistir a la crisis económica. Sin embargo otras librerías de la Ciudad de igual importancia no lo pudieron hacer. El grupo de lectores y defensores de la literatura, aplaudieron la decisión y dijeron que esperaban una reacción semejante con la movilización. El objetivo fue cumplido y finalmente Adán BuenosAires no cerrara sus puertas. Según el propietario de Adán BuenosAires,la librería no pudo resistir a los tarifasos impuesto en los últimos meses. El propietario brindo detalles de los costos mensuales que tuvo que afrontar.”Un total de 50 mil pesos mensuales entre pago de empleados, cargas sociales y otros de mantenimientos que no se podían sostener” argumentó De Vita. A pesar de que en esta oportunidad el final fue grato no todas las librerías porteñas corrieron la misma suerte. Prometeo, en el barrio de Palermo, y la sucursal de Distal en Caballito, son solo algunas de las que forman parte de la larga lista de espacios culturales cerrados.