Estremece hasta lo más profundo del ser humano. Una realidad que no comenzó hace ocho meses y sobre la que nadie se hizo cargo en su momento, como para contener de manera adecuada desde políticas consensuadas tendientes a limitar el consumo de paco en nuestra juventud. La casualidad no existe...Hoy el desafío es enfrentar de la mejor manera la problemática. Se trata de un drama que merece ser revertido de inmediato y sin justificaciones de ningún tipo. Desde la Secretaría de Programación de la Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico se dio a conocer un informe que señala que hoy en día niños de entre 10 y 11 años se inician en el consumo de la pasta de cocaína. Y qué triste resulta ver a los pibes deambulando con la mirada vacía, desde una extrema delgadez, como un ejército de zombies...que perdieron lo más preciado que puede tener una persona, que es su libertad. Las causas son múltiples, dada la dimensión del daño y la decadencia que entraña, abundar sobre los hogares destruídos por violencia familiar, el abandono, la falta de oportunidades, de actividad escolar, deportiva, cultural, etc...ya es materia ampliamente conocida y redundante. Tampoco se trata de llevar adelante una cruzada, De lo que se trata es de aunar esfuerzos urgentes para "tomar el toro por las astas", de manera de que esta tremenda y dolorosa situación no siga creciendo... Nuestro país cuenta con profesionales multidisciplinarios de jerarquía, también posee instituciones gubernamentales, privadas y ONG, dedicadas de manera específica a esta temática, los que podrían coordinar un proyecto tendiente a contener de una vez por todas este flagelo. Cuando la sustancia comienza a ser parte de la existencia de nuestros pibes, se inicia un camino directo hacia la destrucción. Pueden estar despiertos cuatro días seguidos y luego caen rendidos, duermen cuarenta y ocho horas, en cualquier lugar... ¡Siempre valdrá la pena elegir la Vida!