El Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires presentó los detalles del plan de plantación de árboles para todo el territorio porteño durante el año 2024. La temporada de plantado comienza en mayo y se extiende hasta octubre.
En total, se plantarán 18.074 árboles. De estos, 15.000 forman parte del plan maestro de arbolado porteño, y 3.074 adicionales se plantarán para mitigar el impacto del temporal del pasado 17 de diciembre, cuando se perdieron casi 1.000 árboles. Esto representa un incremento de más del 20% en comparación con los árboles plantados en años anteriores. En comparación con la plantación de 2023, el aumento es del 50%.
Las plantaciones se llevarán a cabo tanto en los espacios verdes de todas las comunas como en las planteras ubicadas en la vía pública. Para implementar este plan, se sumarán 7.500 nuevas planteras y se han identificado 6.131 planteras vacías. Además, se plantarán 4.443 árboles en espacios verdes.
Las especies que se usarán para reponer los árboles perdidos en el arbolado viario son las definidas para cada corredor por el Plan Maestro vigente. Para la restauración de los espacios verdes, se emplearán las mismas especies o similares a las que existían previamente, según el tipo de paisaje diseñado originalmente.
De esta manera, el plan anual incluirá al menos 30 especies distintas de árboles, como fresno dorado, crespón, fotinia, viscote, pata de vaca o pezuña de buey, anacahuita, cedro misionero, lapacho rosado, ciruelo de flor, jacarandá, liquidámbar, tulipanero, plátano, tilo, ibirapitá o caña fístula, tipa, fresno americano, y arce plateado, entre otros. La cantidad de cada especie dependerá de la disponibilidad en el mercado al momento de la plantación, siempre respetando el paisaje diseñado originalmente.
Una situación especial corresponde al Parque Tres de Febrero, donde se registraron pérdidas significativas en su patrimonio forestal. En este caso, por tratarse del mayor y más importante espacio verde de la Ciudad, se está realizando un censo total de los árboles para luego desarrollar un proyecto de reforestación que se aproxime lo más posible al proyecto original, según la documentación gráfica histórica existente.
Se considera que un árbol promedio, como los empleados en el arbolado viario, tarda entre 15 y 20 años en alcanzar un tamaño en el que comience a brindar servicios ecosistémicos y tenga una presencia notable en el paisaje urbano. Este árbol, aún considerado joven, continuará su crecimiento y desarrollo hasta llegar a la madurez, periodo en el que aporta la mayor cantidad de beneficios (40 - 50 años en promedio).
Los nuevos árboles serán provistos por cada una de las empresas responsables del mantenimiento del arbolado urbano.
