Mara, una labradora retriever, brindó compañía y distracción a niños internados en cuidados intensivos del centro pediátrico.
El Hospital Garrahan vivió una jornada especial el 20 de marzo de 2025, cuando Mara, una labradora retriever adiestrada por la Escuela de Perros Guía Argentinos, visitó a dos niños de nueve años internados en unidades de cuidados intensivos e intermedios. Esta actividad marcó un paso más en la incorporación de animales adiestrados en el proceso de recuperación de los pacientes del hospital pediátrico de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Las intervenciones asistidas con perros comenzaron en 2024 con pacientes ambulatorios, pero ayer se concretaron por primera vez con aquellos que se encuentran en situaciones de mayor complejidad, en áreas de cuidados intensivos y medios. Estas intervenciones, que se realizan cada 15 días, son coordinadas por la oficina de Representante del Paciente, con el objetivo de humanizar el entorno de salud y proporcionar distracción y afecto a los niños hospitalizados.
En este sentido, Mariel Sánchez, directora médica ejecutiva del hospital, destacó que estas actividades tienen fines terapéuticos, educativos y lúdicos, y que su impacto en los pacientes es altamente positivo. “Se trata de una intervención asistida con animales que humaniza el ámbito de la salud, ofreciendo un impacto positivo en la recuperación de los pacientes y brindando un espacio distinto de distracción, de afecto y compañía”, afirmó.
Las intervenciones con perros, como la realizada ayer con Mara, tienen múltiples beneficios para los pacientes, que incluyen la mejora de la salud física, emocional y cognitiva. Asimismo, ayudan a establecer vínculos afectivos que favorecen el desarrollo de habilidades motrices y sensoriales, contribuyendo al bienestar integral de los niños.
Durante su visita a la unidad de terapia intensiva, Mara llegó acompañada por los instructores de la Escuela de Perros Guía Argentinos, Liz González, Gabriel Maldonado y Mercedes Soto. En la habitación de Nicole, una niña de nueve años que lleva más de dos meses internada debido a una enfermedad pulmonar, la perra fue recibida con gran entusiasmo. "Es una experiencia increíble. Las actividades asistidas producen una conexión fantástica que siempre es correspondida por los niños", destacó Liz González, quien forma parte del equipo que adiestra perros para estas intervenciones.
El encuentro entre Nicole y Mara se desarrolló en un ambiente de tranquilidad, donde la niña acarició a la perra mientras ella permanecía a su lado. Todo el proceso estuvo supervisado por los instructores para asegurar el bienestar de la pequeña y el animal. Según estudios previos, este tipo de intervenciones ayuda a reducir el dolor, la ansiedad y el estrés de los pacientes, al mismo tiempo que facilita la generación de emociones positivas. Estos momentos también favorecen la creación de lazos afectivos con el personal de salud y promueven el autocuidado entre los pacientes.
Marcela Zuazaga, jefa de clínica de la unidad de cuidados intensivos 44, reflexionó sobre el impacto de estas visitas: “Es salir por un rato de la realidad de una terapia intensiva. Hace tiempo que el Garrahan viene trabajando en la humanización de los cuidados intensivos, un proceso en el que se incorporan las familias e interviene nuestra Escuela Hospitalaria. En ese marco, este encuentro tan ameno con Mara también representa para nosotros promover mejoras en los procesos de salud de nuestros pacientes”, explicó.
Luego de visitar a Nicole, Mara se dirigió a la unidad de cuidados intermedios 32, donde también brindó su compañía a Rodrigo, otro niño de nueve años internado. El pequeño y su familia esperaban con ansias el encuentro con la perra, y no faltaron los abrazos y caricias. Claudia González, coordinadora de la sala, destacó la importancia de estos momentos: “Estos momentos son los que también impulsa el Hospital, porque son los que sostienen la parte sana de los niños”.