En el día Mundial del Corazón, la Federación Argentina de Cardiología (FAC) invita a todo el país a sumarse al desafío + Kilómetros + Vida, con el objetivo de concientizar sobre la importancia de la actividad física para mantener una buena salud cardiovascular.
La entidad realiza actividades en el marco del Día Mundial del Corazón en todo el país, promoviendo la importancia de mantener hábitos saludables para una vida plena. Como parte de esta campaña, se presentó el desafío "+ Kilómetros + Vida", una iniciativa que busca unir simbólicamente los puntos más extremos de Argentina, desde Ushuaia hasta La Quiaca, a través de la actividad física de todos los participantes.
El desafío propone que cada persona registre en una plataforma digital la cantidad de kilómetros recorridos durante el evento, permitiendo sumar el esfuerzo colectivo de la ciudadanía. En este sentido, el Dr. Luis Cicco, médico cardiólogo de la FAC, explicó: "Queremos acumular entre todos la distancia que une Ushuaia a la Quiaca, todos los argentinos caminando para cuidar nuestra salud cardiovascular". Esta propuesta busca incentivar la conciencia sobre la importancia del ejercicio físico como un aliado para prevenir enfermedades del corazón.
Mantenerse activo aporta múltiples beneficios a la salud. Entre ellos, regular los niveles de colesterol, prevenir enfermedades como la hipertensión arterial y la diabetes, e incluso mejorar la calidad del sueño. El Dr. Cicco también destacó que “la actividad física tiene una respuesta a cada uno de los interrogantes que se presentan en la consulta diaria”. A través de una evaluación médica que incluya un examen físico, un electrocardiograma y análisis de laboratorio, los profesionales de la salud pueden guiar a cada persona hacia el tipo de ejercicio más adecuado para sus necesidades.
Por su parte, el Dr. Alejandro Amarilla, cardiólogo especializado en rehabilitación cardiovascular, señaló que las personas que no realizan suficiente actividad física presentan un riesgo de mortalidad entre un 20% y un 30% superior en comparación con aquellas que sí mantienen un nivel adecuado de ejercicio.
Asimismo, la actividad física es fundamental para quienes tienen alguna discapacidad o limitación motora, ya que favorece la salud cardiovascular, mejora la movilidad y refuerza la independencia en las actividades cotidianas. También mejora la coordinación y reduce el riesgo de caídas, lo que resulta esencial para la seguridad y el bienestar de estas personas. A nivel emocional, la práctica regular de ejercicio ayuda a reducir el estrés y la ansiedad, elevando la autoestima y fomentando la inclusión social, lo cual impacta directamente en el bienestar integral.
En tanto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los adultos realicen entre 150 y 300 minutos de actividad física moderada a la semana, o bien 75 minutos de actividad vigorosa. Esta recomendación incluye a personas con afecciones crónicas o discapacidades. En el caso de los niños y adolescentes, se sugiere un promedio de 60 minutos de ejercicio diario para un desarrollo adecuado.
La Dra. Paola Courtade, miembro de la FAC, reforzó la importancia de que "el ejercicio nos beneficia a todos, independientemente de la edad, sexo o capacidad física", enfatizando que la actividad debe adaptarse a cada persona para maximizar sus beneficios.
Para las personas con discapacidad motora, se recomiendan ejercicios que mantengan la flexibilidad y la fuerza, como estiramientos y entrenamiento con pesos ligeros. En el caso de personas con discapacidad visual, la actividad física junto a un acompañante, como el ciclismo o la natación, es clave. Para personas con discapacidad auditiva, se sugiere participar en actividades grupales con señales visuales. En tanto, para quienes presentan discapacidad intelectual, actividades recreativas como el fútbol, la danza o el aquagym pueden ser ideales para fomentar el bienestar físico y emocional.
La rehabilitación cardíaca también juega un rol esencial en la recuperación de personas que han sufrido un evento cardiovascular. La Dra. Natalia Salcedo, cardióloga de la FAC, destacó la importancia de acudir a centros especializados donde los ejercicios son supervisados y adaptados a las necesidades del paciente, proporcionando un entorno seguro para mejorar la salud cardiovascular. "Se deben realizar ejercicios aeróbicos, como caminar o usar bicicleta estática, de 3 a 5 días a la semana, complementados con ejercicios de fuerza y estiramiento", añadió Salcedo.
Además, es crucial que la actividad física comience en la niñez y se mantenga durante toda la vida. En los más pequeños, el ejercicio ayuda a fortalecer el sistema cardiovascular, los huesos y los músculos, y contribuye a su desarrollo cognitivo y social. Las actividades aeróbicas como correr, saltar la soga o nadar son altamente recomendadas para esta etapa de la vida.
En el caso de los adultos mayores, la actividad física también es esencial para preservar la salud y la independencia. Ejercicios como caminar a paso ligero, realizar levantamientos de piernas o practicar respiración profunda son beneficiosos para mantener la movilidad, reducir el estrés y fortalecer el corazón.