El niño prodigio del ajedrez argentino fue homenajeado en el Club Atlético Vélez Sarsfield, donde ofreció una charla, respondió preguntas y protagonizó una exhibición simultánea frente a 35 rivales.
La tarde del lunes en Liniers fue escenario de una jornada llena de entusiasmo y admiración por Faustino Oro, el joven talento del ajedrez mundial que, con apenas 11 años, no deja de sorprender con su carisma y habilidad. El Club Atlético Vélez Sarsfield organizó un homenaje al prodigio, congregando a más de 200 personas, entre niños, socios y amantes del ajedrez, en el emblemático salón de "Los Espejos" del complejo polideportivo del club.
Desde su llegada a Buenos Aires en noviembre, Faustino se ha convertido en una figura destacada, ganándose el afecto de los porteños. Tras recorrer barrios como Recoleta, Almagro y Parque de los Patricios, ahora fue el turno de Liniers, donde el pequeño ajedrecista mostró su destreza y compartió su experiencia con la comunidad velezana.
El evento comenzó con una charla en la que Faustino relató sus inicios en el ajedrez durante la pandemia, cuando jugaba partidas online en plataformas como Chess.com y Lichess. "Al principio perdía mucho y bajaba de ranking, pero de repente mi cabeza empezó a entender más rápido. Empecé a ganar, y mi papá me prometía un helado por cada 100 puntos que subiera. ¡Llegué a ganar 100 puntos por semana!", recordó entre risas, desatando la simpatía del público.
El joven maestro internacional, título que obtuvo a los 10 años, compartió también su histórica victoria contra el campeón mundial Magnus Carlsen y el especialista en partidas rápidas Hikaru Nakamura. Además, respondió preguntas de los asistentes, abordando desde estrategias básicas hasta sus experiencias en torneos internacionales. "El talento es importante, pero no alcanza. Hay que estudiar y trabajar mucho. Con talento y esfuerzo se puede llegar", reflexionó en tono serio, arrancando aplausos de la audiencia.
El momento más esperado llegó cuando Faustino se enfrentó a 35 rivales en una exhibición simultánea. Durante más de tres horas, el pequeño genio recorrió los tableros con movimientos veloces y precisos, demostrando su asombroso nivel de concentración. Aunque ninguno de los oponentes logró vencerlo, todos destacaron la emoción de jugar contra él, inmortalizando la experiencia con fotos, autógrafos y videos.
La exhibición tuvo un breve receso con la llegada de destacados dirigentes de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), como Dana Reizniece Ozola y Jerry Nash, quienes felicitaron a Faustino por su contribución al ajedrez. También participaron representantes de la Federación Argentina de Ajedrez (FADA), consolidando la relevancia del evento en el marco de las celebraciones por el centenario de la FIDE.
La jornada culminó con un gesto simbólico por parte del Club Vélez Sarsfield, que entregó a Faustino una camiseta oficial del equipo de fútbol. "Es un orgullo tener entre nosotros a un socio y deportista tan talentoso", expresó Paula González Haag, responsable del Departamento de Cultura del club.
Pasadas las 22 horas, Faustino había finalizado todas las partidas, cerrando la tarde con un impecable resultado de 35 a 0. Más allá del marcador, lo importante fue el entusiasmo generado entre los participantes y espectadores, quienes vivieron una experiencia única.
La pasión que Faustino Oro despierta trasciende el tablero. Su capacidad para conectar con personas de todas las edades y su ejemplo de dedicación han revitalizado el interés por el ajedrez en Buenos Aires, llevando este milenario juego a un nivel de popularidad que hacía años no se veía en la ciudad.