La Ciudad de Buenos Aires, quiso rememorar aquella sabia decisión del Papa Francisco de asumir el sacerdocio.
Hoy, es una de las figuras más destacadas del mundo. Su popularidad atraviesa fronteras, pero sus ojos no dejan de reflejar a aquel muchacho simple del barrio de Flores, que a sus 17 años de edad sintió la necesidad de decir que SI, al llamado de una vida consagrada al sacerdocio.
De inclinación vocacional primera por la Química y las matemáticas, el llamado espiritual estuvo por encima de las ciencias exactas y un Septiembre, hace 60 años ,Jorge Bergoglio, tomaba unas de las decisiones más importantes de su vida que cambiaría el rumbo de su historia personal para siempre.
De comienzos difíciles, tuvo que enfrentarse desde su decisión a la confrontación familiar por aquello que había elegido.
Con el auspicio del Banco y el Gobierno de la Ciudad se llevó a cabo un festival recordativo en honor a la vida sacerdotal del Papa Francisco en sus comienzos.
El festival se llevó a cabo en el reconocido Teatro Colón de la Ciudad porteña y contó con la participación de las figuras más emblemáticas de la Ciudad.
Unas 400 personas quisieron honrar ese momento y participaron de la emoción y del recuerdo de los primaverales 17 años del hombre más popular de Flores.
Con el SI inicial, aquel viejo Septiembre, Jorge Bergoglio comenzaba un largo camino pastoral que 60 años después lo situaría en la cima de la conducción de la Iglesia Católica. No dudo en confesar su inclinación religiosa en aquella vieja Iglesia de San José de Flores anteponiéndose a la oposición furtiva de sus padres que no alcanzaron a ver los frutos de su predisposición, firmeza y cercanía con Dios.
El festival contó con las emotivas palabras de Monseñor Emil Tscherrig dirigidas a la audiencia, destacando los aspectos más interesantes de la vida de Bergoglio y los beneficios milagrosos de una fe con acción.
Una noche llena de lágrimas de emoción, reflexión y recuerdos de aquellas épocas de inocencia y sacrifico.
Entre las figuras más destacadas estuvieron Stelvio Cipriani, autor de varios libros, y el pintor Gustavo Rovira.
Con el deleitoso sonido de la Orquesta Sinfónica de Buenos Aires, que entonó inagurativamente "la primavera de francisco", en su honor, se rememoraban, entre agradecimiento y fe, las virtudes del actual Papa Francisco, cuando aún ni siquiera imaginaba un futuro parecido al de sus actuales días.