El vértigo urbano en pausa, las calles calurosas y sin tanto colapso vehicular son la realidad del mes que seguirá hasta marzo. El éxodo porteño de todos los años comienza en enero. Hasta marzo las calles porteñas lo único que destilan es olor a cemento, calor excesivo y aires acondicionados cansados que hacen lo posible para apagar el calor. Buenos Aires oficialmente en pausa. La circulación de autos disminuye un 15% en estos meses que equivale a un 27.000 menos de autos en las calles porteñas. La comodidad también se traslada a los usuarios de trasportes públicos que van más alivianados que el resto del año. Algunas líneas de subterráneos, como por ejemplo la línea D, la diferencia es abismal. Un 40 % menos de viajantes todos los días es una cifra oficial. Un total de 860.000 personas menos utilizan en estas fechas el trasporte. La Ciudad se aprecia mejor en estos meses debido a la merma de circulantes. Los parques exhiben un público renovado y nuevas posibilidades de encuentro. En el sector gastronómico, con menos demanda, no se sufren aglomeraciones y el momento de comer es de puro placer. Durante estos días, quienes permanecen en la Capital pueden cumplir trámites con mayor facilidad y sin colas. La reducción del tránsito deriva en que cambien los tiempos de traslado, para bien. Según el medio de transporte que se utilice, un mismo viaje puede demorar la mitad de lo habitual. La zona que no muestra demasiado cambios en ésta temporada es once. Allí la cuestión comercial y el flujo de personas no descienden sino que contrariamente aumenta. Sin embargo barrios como La Boca, Belgrano o Barracas el descenso de personas es muy notorio. Las estaciones de ecobicis también poseen más disponibilidad de bicicletas "Además de que el tránsito está mucho más relajado, ahora hasta podés elegir el rodado. La mayoría de las veces no hay ninguna bici en esta estación o tenés que agarrar la que haya en el estado en el que esté. Yo me muevo mucho por acá y estos días son un sueño", comenta Ariel, que trabaja en el entorno de Tribunales. En esta zona en particular, la feria judicial modifica por completo la dinámica urbana. La merma de público es tan importante que muchos comercios directamente cierran durante todo enero. Si bien es verdad que la baja de movimiento afecta el comercio interno, los cafés y centros comerciales no se muestran demasiados preocupados y disfrutan la merma de visitantes hasta que retorne la realidad porteña de todo el año. "Ahora está vacío porque es enero; si no, a esta hora siempre está todo el salón lleno y estamos a las corridas. A nosotros nos afecta porque tenemos menos propina, pero también nos gusta estar un poco más tranquilos por un tiempo", dice Juan, un mozo de un bar situado sobre Diagonal Norte, a unos metros del Obelisco.