Con estilo propio y marcado el barrio de Boedo es uno de los más interesantes para los historiadores argentinos. La permanente actualización del pasado es un hecho visible en los cafés, locales y vecinos de años. Los detalles.
Una Ciudad moderna pero con una historia significativa entrelazada con el tango, la inmigración, los cafés y la arquitectura semi-europea.
Los turistas lo visitan con el entusiasmo del que va a conocer parque de la historia en un café. Y generalmente en Boedo sucede.
El barrio de la Comuna 5 al igual que San Telmo son de los que mas reflejan la historia del país.
Boedo es un barrio con espíritu barrial y que si bien supo conservar sus rasgos históricos a pesar del paso del tiempo y del frenesí porteño, injustamente no es tan conocido en relación con Almagro.
Bares tradicionales, viejos almacenes, fachadas antiguas y calles adoquinadas hacen al encanto de este barrio delimitados por las avenidas Independencia, Sánchez de Loria, Caseros y La Plata, es decir que linda con Almagro al norte, San Cristóbal y Parque Patricios al este, Nueva Pompeya al sur y con Caballito al oeste.
Como en la mayoría de los casos, el barrio debe su nombre a uno de los protagonistas de la independencia argentina, Mariano Joaquín Boedo, antiguo legislador. En los años 20, el barrio fue también sede del “Grupo Boedo”, agrupación artística y política de izquierda y en relación con el grupo obrero, dirigida por Antonio Zamora.
Pero Boedo es ante todo un barrio popular donde se respira a la vez teatro y tango, la santa gloria que sigue forjando su reputación. Cuenta la leyenda que el tanguero Homero Manzi habría compuesto el tango “Sur” en el antiguo Café del Aeroplano ubicado en la esquina de San Juan y Boedo. Un sinnúmero de bares y cafés notables del barrio vieron pasar a todos los grandes poetas y tangueros, cuyos espíritus siguen rondando entre esos lustrosos mostradores, como en el Café Margot, uno de nuestros lugares preferidos.
Para los amantes del teatro independiente, este barrio sería la Meca. Justo frente al Café Margot, Pan y Arte une el escenario con los placeres gastronómicos. Sobre la arbolada Avenida Boedo, numerosos bares instalan sus mesas para disfrutar de unos buenos tragos y las callecitas adoquinadas esconden más de un secreto. Otro lugar simpático es el bar-café Zidane, un café abierto por una fanática de este ícono del fútbol francés.
Los amantes de la buena cerveza tienen una cita en Cossab. Se encuentran todo tipo de restaurantes en el barrio. Dense una vuelta por lo de Don Roque para darle una oportunidad a su alfajor de carne (!), por Pan y Arte para probar sus deliciosos platos locales e internacionales, por Me Tenés Tarta para una rica comida casera o por la tradicional Esquina Homero Manzi para saborear platos tradicionales con ritmo tanguero de fondo.
Para comprar productos frescos vayan al viejo Mercado San Juan o a la Dietética Santa Ana. Y para refrescarse el espíritu, nada como una visita a la librería más emblemática del barrio: el Gato Escalado. Boedo también es conocido por sus fábricas de cuero que van desde la avenida Boedo hasta la autopista 25 de Mayo (pegada a la calle Constitución) e Inclán. Boedo es también el barrio del club San Lorenzo quien tenía el estadio al 1700 de la Avenida La Plata, hoy ocupada por una gran cadena de supermercado francesa con los mismos colores del club…
La estación Boedo de la línea E (que sale desde la plaza de Mayo en el Microcentro), los deja en la esquina de San Juan y Boedo, en pleno corazón del barrio. ¿Qué están esperando? Anímense a conocer un poco más por los alrededores dando un paseo por Villa Crespo, Almagro y/o Caballito.