Perdidos en el concepto general de Gran Metrópolis son un microcosmos delimitados por particularidad propias que los identifican del resto .Los más destacados, en esta nota, los más porteños, también. La palabra barrio hace pensar en comunidad, vecinos, parques, plazas y tranquilad. Cada barrio porteño tiene sus particularidades que lo hacen único y definen su estilo en la gran inmensidad de la Ciudad. Algunos logran destacarse por ser más vistosos, más tranquilos, más ruidosos, más elegantes o más sencillos. Lo cierto es que todos muestran un estilo particular que hace que quienes lo habitan lo redefinan. El concepto de barrio está en el imaginario colectivo de la Gran Ciudad como ese espacio donde la gente camina libremente por la vereda, conocen a su vecino e incluso intercambian palabras con el encargado del edificio. Un microcosmos que parece lejano a la idea de microcentro porteño movedizo, dinámico, y hasta peligroso pero sin embargo solamente solo están divididos por un concepto. El microcentro porteño y sus corridas, sus oficinas renombradas y sus carteles luminosos se caracterizan por la infraestructura de sus edificios, su frialdad típica de Ciudad grande y sus rincones inaccesibles. Cada barrio porteño por cerca o lejos que este de la realidad del microcentro porteño se distingue con rasgos bien definidos. Palermo es el sitio top que gusta tanto a jóvenes como a adultos. Los mejores restaurantes destinados al público juvenil, top y roquero caracterizan la zona. Recoleta sin embargo es el barrio donde la tradición de la clase alta continua vigente.us calles suelen ser frías y sus balcones con poco sol, son la predilección de los turistas para descansar. Ofrecen seguridad, confort y ambiente europeo al mejor estilo. Barrios como Boedo continúan siendo la cuna de la gastronomía argentina. Con sus bodegones típicos, sus memorables tangos recuerdan la esencia nacional en cada esquina. La tradición está asociada al barrio cuyas veredas huelen a fútbol, y asados domingueros mientras la imagen de unos jóvenes descansando en la vereda se vuelve típica. San Telmo y La Boca son otra variante de la tradición pero con matiz diferenciador. Estos poseen una infraestructura inmodificablemente antigua, desde sus calles internas hasta sus edificios. Los barrios logran marcar un determinado estilo dependiendo también de las actividades que en sus adentro se organizan. Por ejemplo, las ferias de San Telmo, los eventos musicales en los parques de Caballito y Centenario, las actividades para niños en Saavedra etc. Todos ellos marcan una impronta que influye en la elección particular de los porteños cuando deciden habitarlos.