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Taxis porteños se convierten en vehículos de cambio social con intervenciones artísticas

Un proyecto impulsado por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires promueve la concientización sobre diversos temas mediante el arte en los vehículos de los taxistas. La iniciativa busca transformar el rol de los "tachos" en agentes de cambio, favoreciendo la seguridad vial y abordando problemáticas sociales.

En un esfuerzo por darle una nueva mirada al tradicional taxi porteño, el Ministerio de Infraestructura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en colaboración con reconocidos artistas plásticos, inició una intervención artística en vehículos destinados al servicio público. A partir de mayo de 2024, el proyecto comenzó a dar sus primeros frutos con la participación de 13 taxistas y artistas, quienes transformaron sus vehículos en espacios para transmitir mensajes de concientización sobre temas como el autismo, la adopción de mascotas, e incluso la Guerra de Malvinas.

La ciudad cuenta con aproximadamente 18.000 taxis, de los cuales 55 fueron intervenidos con pinturas y ploteos en las puertas traseras y el baúl. Esta iniciativa generó una excelente aceptación, tanto entre los taxistas como entre los artistas, quienes, a través de sus obras, buscan cambiar la visión tradicional sobre los vehículos de transporte público. Según los organizadores, la intervención artística tiene un impacto directo en los pasajeros y en los propios taxistas, promoviendo conversaciones más conscientes sobre diversos temas sociales, mejorando la seguridad vial y modificando la relación de los usuarios con el transporte.

Gabriela Bibas, coordinadora de la aplicación BA Taxi, explicaba cómo surgió la propuesta: "Se nos ocurrió impulsar las intervenciones artísticas para que la gente revalorice y vuelva a mirar al taxi. Comenzamos con los primeros 13 taxistas valientes que aceptaron intervenir sus vehículos y 13 artistas que trabajaron ad honorem". La iniciativa, que recibió apoyo en materiales por parte del Ministerio de Movilidad, busca sensibilizar a la ciudadanía sobre diversos temas de actualidad, utilizando el taxi como una plataforma de difusión de mensajes de bien público.

La elección de los taxistas no fue fortuita. Según el Observatorio de Movilidad y Seguridad Vial, los taxis son los vehículos con menor tasa de siniestralidad fatal en la ciudad, a pesar de circular por las calles durante todo el día. Bibas agrega que los taxistas "son agentes capaces de generar un cambio", y al incorporar el arte, se fomenta una conexión emocional que mejora la interacción en el trayecto, haciendo que los pasajeros conversen sobre temas importantes mientras se desplazan.

Uno de los protagonistas de esta transformación es Marvin Escoja, un taxista con 10 años de experiencia en el oficio, quien decidió intervenir su vehículo con una obra dedicada al autismo. Escoja, padre de un niño con Trastornos del Espectro Autista (TEA), eligió plasmar en el baúl de su auto un mensaje que invite a la reflexión: "Shhhh! La bocina duele. Hablemos de autismo". La obra, realizada por la ilustradora y activista Carolina Macellaro, busca sensibilizar a la comunidad sobre la hipersensibilidad auditiva que experimentan algunas personas con TEA, quienes pueden verse alteradas por ruidos fuertes, como el sonido de las bocinas.

"Cuando conocí a la artista comenzamos a hablar del tema. Ella me contó que tiene una hipersensibilidad y que le duelen los bocinazos. Pensamos que era un buen tema para concientizar sobre el autismo", cuenta Escoja, quien además comparte que esta intervención ha generado una respuesta positiva en sus pasajeros. "Muchos se sienten tocados cuando ven la pintura. La mayoría tiene un amigo, conocido o pariente con alguien autista en la familia. Antes me sentía más solo, pero con el tiempo, fui charlando con los pasajeros y me siento más contenido", agrega.

La iniciativa también ha tenido un impacto en el comportamiento de los conductores. Según Escoja, el mensaje en su vehículo ha hecho que los demás conductores respeten más las normas de tránsito, y sobre todo, que disminuyan el uso excesivo de la bocina. "Ahora no me tocan más la bocina. Debe ser por el mensaje", dice, aliviado por el cambio en el ambiente vial. Este tipo de intervenciones, según los organizadores, también ayuda a generar un clima más pacífico y respetuoso en las calles de la Ciudad.

Por su parte, Walter Perdoménico, otro taxista que participó de esta iniciativa, se muestra entusiasta con la idea de transformar su vehículo en un espacio para promover la adopción de mascotas. Perdoménico, un gran amante de los animales, decidió intervenir su taxi con fotografías de perros en adopción, realizadas por la fotógrafa Nora Lezano y la artista plástica Renata Schussheim. Estas imágenes, que buscan visibilizar la situación de los animales en riesgo, incluyen códigos QR que los pasajeros pueden escanear para obtener información sobre la adopción de mascotas.

"Soy mascotero, y los animales siempre me transmitieron mucho. Ahora tengo un bóxer que se llama Nutella y antes tuve un carlino. Muchos pasajeros me preguntan si los perros de la foto son míos. El galgo de la puerta llama mucho la atención", cuenta Perdoménico, quien está feliz con la oportunidad de contribuir a una causa que le es tan cercana. Según él, las conversaciones que surgen en su taxi se han enriquecido gracias a esta intervención, permitiendo que los pasajeros compartan sus experiencias con animales y reflexionen sobre la importancia de la adopción responsable.

Esta intervención artística también ha tenido un impacto positivo en organizaciones como la Fundación Viva La Vida, que se dedica a rescatar animales en situación de calle o riesgo de vida. Laura Rama, fundadora de la organización, destacó la relevancia de esta campaña para la difusión de su trabajo: "La difusión es un pilar importante para lograr adopciones y donaciones. La campaña y la prensa fueron positivas para nuestra organización", aseguró.

El arte, según los responsables del proyecto, funciona como un catalizador para el objetivo principal de la iniciativa: pacificar el tránsito y fomentar una cultura de respeto y concientización en la ciudad. La intervención artística en los taxis porteños está demostrando que, además de ser un medio de transporte, estos vehículos pueden convertirse en espacios de transformación social. "Según lo que nos cuentan los pasajeros y taxistas, el arte funciona como catalizador para el gran objetivo final: pacificar el tránsito", concluye Gabriela Bibas.

Marvin Escoja, al reflexionar sobre los cambios que ha experimentado en su vida personal y profesional, comparte un mensaje esperanzador sobre el futuro: "Mi nene tiene una vida y va a salir adelante. La sociedad cambió y tenemos más información que hace 20 años. Las conversaciones que tengo en el taxi me dan una esperanza. Me siento más cómodo hablando con la gente. Más feliz, ¿viste?". Sin dudas, el proyecto de intervención artística en los taxis de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires está logrando lo que muchos consideraban impensado: transformar el día a día en la ciudad a través de la sensibilización y el arte.