A 45 años del cierre del Viejo Gasómetro, el estadio que marcó la historia azulgrana

A 45 años del cierre del Viejo Gasómetro, el estadio que marcó la historia azulgrana

El 2 de diciembre de 1979, San Lorenzo jugó su último partido en el Viejo Gasómetro sin saber que se despedía para siempre de su emblemático estadio en Avenida La Plata, un símbolo de su identidad, arrebatado por la dictadura militar y las deudas.

El Viejo Gasómetro, ubicado en Avenida La Plata e Inclán, no era solo un estadio para San Lorenzo: era el epicentro de la vida social y deportiva del club, un lugar que albergó grandes glorias y que fue testigo de momentos inolvidables en la historia azulgrana y del fútbol argentino. Sin embargo, el 2 de diciembre de 1979 marcó su último capítulo. Aquel día, el Ciclón enfrentó a Boca Juniors en un empate sin goles, sin que jugadores ni hinchas supieran que sería la despedida definitiva de su casa en Boedo.

Se cumplen 45 años desde que el Viejo Gasómetro de Boedo cerró sus puertas tras un empate sin goles entre San Lorenzo y Boca Juniors. Aquel día, y sin saberlo, el estadio ubicado en Avenida La Plata e Inclán vivió su última jornada como hogar del "Ciclón", un lugar que albergó momentos históricos del fútbol argentino y permanece como símbolo de identidad para los hinchas azulgranas.

Bajo la dirección técnica de Carlos Salvador Bilardo, campeón del mundo años más tarde, San Lorenzo enfrentó al Boca de Juan Carlos Lorenzo en un clásico que concluyó 0-0. En esa tarde memorable, Hugo Orlando Gatti, arquero de Boca, detuvo un penal ejecutado por Hugo Coscia, sellando el destino del partido.

El equipo azulgrana formó con Walter Corbo en el arco; Orlando Ruiz, Hugo Pena, Miguel Ángel Gette y Carlos Schamberger en la defensa; Ricardo Collavini, Osvaldo Rinaldi y Rubén Insúa en el mediocampo; y Hugo Coscia, Víctor Marchetti y Mario Rizzi en la delantera. A unas semanas de aquel encuentro, Rizzi ya había dejado su huella al marcar los últimos dos goles celebrados en el estadio, durante un partido contra Cipolletti. Uno de esos tantos permanece como un emblema histórico del club.

El Viejo Gasómetro fue el escenario de momentos inolvidables. Equipos legendarios como Los Carasucias del '64 y Los Matadores del '68 deslumbraron sobre su césped. En ese campo, San Lorenzo se convirtió en el primer equipo en ganar el torneo Metropolitano y Nacional en un mismo año, en 1972. Además, figuras icónicas como René Pontoni, Isidro Lángara, Héctor "Lobo" Fischer y José Sanfilippo dejaron su huella en un estadio que también hizo historia fuera del fútbol: en 1950, allí se celebró el primer Mundial de Básquet, donde la selección argentina se consagró campeona.

La pérdida del Viejo Gasómetro no fue casual. El club atravesaba una profunda crisis económica derivada de gastos excesivos en refuerzos y el mantenimiento de una estructura que, aunque histórica, resultaba costosa. Esta difícil situación se cruzó con la presión ejercida por el régimen militar de Jorge Rafael Videla, que planeaba utilizar los terrenos del estadio como parte de un proyecto de expansión urbana.

La venta se concretó bajo términos desventajosos para San Lorenzo, dejando a la institución sin su estadio y entregando el predio a una cadena de supermercados, que finalmente ocupó el lugar. Las palabras de Mario Alberto Rizzi, capitán en aquel último partido y autor del último gol del Ciclón en el Viejo Gasómetro, reflejan la impotencia de quienes vivieron esa etapa: "No sabíamos que iba a ser el último partido, nadie lo sabía. Se decía que tenían que abrir unas calles, que no se sabía qué iba a pasar. Pero todo era un choreo de los milicos. Era un estadio distinto. Yo siempre digo que era como el Colón. Era increíble, era familia. Nosotros nos criamos ahí, abajo de los tablones".

Tras la pérdida del estadio, San Lorenzo experimentó años de exilio deportivo. Sin embargo, en 1993, el club inauguró el Nuevo Gasómetro en el Bajo Flores, un paso crucial para recuperar su identidad y dar un hogar a las generaciones futuras de hinchas. A pesar de ello, la conexión emocional con Avenida La Plata nunca desapareció.

En 2012, la restitución de los terrenos de Boedo marcó el inicio de una nueva lucha. Desde entonces, bajo el lema "Vuelta a Boedo", la comunidad azulgrana ha trabajado incansablemente para concretar el sueño de un nuevo estadio que honre la historia y devuelva a San Lorenzo al lugar donde forjó su grandeza.

A 45 años de aquella despedida, el Viejo Gasómetro sigue presente en el corazón de los hinchas. Su pérdida fue un golpe que marcó a toda una generación, pero también se transformó en un símbolo de resiliencia. Mientras avanzan los planes para el nuevo estadio, la nostalgia se mezcla con la esperanza de recuperar el lugar donde tantas historias fueron escritas.

El regreso a Boedo no es solo una cuestión deportiva; es un acto de justicia histórica para un club que nunca dejó de luchar por su identidad. Los tablones del Viejo Gasómetro, que alguna vez vibraron con el aliento de miles de almas azulgranas, esperan volver a ser el escenario de nuevas glorias y reafirmar que, en San Lorenzo, el pasado y el futuro siempre caminan de la mano