Concientizar sobre las características de las hepatitis posibilita la prevención y un diagnóstico oportuno. El Hospital Garrahan diagnostica anualmente a 60 pacientes y atiende alrededor de 800 consultas pediátricas relacionadas con esta enfermedad. Este domingo se conmemoró el Día Mundial Contra la Hepatitis, una fecha que invita a reflexionar sobre la importancia de la prevención y el tratamiento adecuado de esta enfermedad.
La hepatitis es una inflamación del hígado, órgano vital que procesa los nutrientes, sintetiza proteínas y cumple una función desintoxicante. Esta afección puede ser causada por los virus de hepatitis A, B, C, D y E. No obstante, en muchos casos no son infecciosas y están relacionadas con mecanismos autoinmunes.
La hepatitis puede llevar a complicaciones graves como insuficiencia hepática, cirrosis o cáncer de hígado. Aunque en ocasiones no presenta síntomas, puede ser reconocida por signos como ictericia (color amarillento en la piel y ojos), náuseas, dolor abdominal, fatiga y fiebre, entre otros.
Las hepatitis A y B son prevenibles mediante vacunas incluidas en el Calendario Nacional de Vacunación. Estas vacunas son obligatorias, gratuitas y están disponibles en todos los centros de vacunación del país.
"La prevención a través de vacunas es fundamental. Con la implementación de la vacuna de la hepatitis A como única dosis a partir del año de vida desde el año 2007, esta enfermedad dejó de ser la causa principal de insuficiencia hepática aguda que llevaba al trasplante hepático en niños", afirmó María Teresa Rosanova, jefa del servicio de Epidemiología e Infectología del Garrahan.
En cuanto a la hepatitis B, la vacuna debe administrarse a los recién nacidos dentro de las 12 horas de vida, y luego de acuerdo con el calendario de vacunación. Esta vacuna también se indica al personal de salud y a otras poblaciones de riesgo. Hasta el momento, no se dispone de una vacuna para prevenir las infecciones por hepatitis C, D y E.
Asimismo, es crucial resaltar que las embarazadas con hepatitis B pueden transmitir el virus a sus bebés, especialmente durante el parto. La mayoría de los recién nacidos de personas infectadas que no reciben tratamiento inmediato al momento del parto evolucionarán hacia la hepatitis crónica, lo que aumenta el riesgo de cirrosis, insuficiencia hepática y cáncer de hígado. Por esta razón, es esencial que todas las personas embarazadas se realicen la prueba de detección de hepatitis para tomar las medidas adecuadas en cada caso.
Por otro lado, los virus de las hepatitis B y C pueden causar infecciones crónicas y se transmiten a través de sangre, semen y otros líquidos corporales. En Argentina, la prevalencia de hepatitis B y C en la población pediátrica es muy baja gracias a la pesquisa de la infección en la madre durante el embarazo y a los controles estrictos en los bancos de sangre.
Además de la vacunación, en materia de prevención es fundamental sensibilizar a la comunidad sobre el impacto de acciones cotidianas. Lavarse las manos con frecuencia, especialmente después de ir al baño y antes de comer, ingerir comidas y bebidas seguras, y mantener relaciones sexuales con protección, son prácticas esenciales para evitar la propagación de estos virus.
El Hospital Garrahan, en su compromiso con la salud infantil, destaca la relevancia de la educación y la concientización sobre la hepatitis. En este sentido, el hospital organiza campañas y actividades para informar a la comunidad sobre la importancia de la vacunación y las medidas preventivas.
En la misma línea, se subraya la necesidad de que los profesionales de la salud continúen actualizándose y capacitándose en el diagnóstico y tratamiento de la hepatitis. La detección temprana y el tratamiento adecuado son fundamentales para mejorar la calidad de vida de los pacientes y evitar complicaciones graves.