El Ministerio de Espacio e Higiene Urbana de la Ciudad de Buenos Aires instaló una isla flotante de cuatro metros de alto, conformada por botellas de plástico, en el lago del Planetario de Palermo, con el objetivo de concientizar a la población sobre los daños que produce los residuos plásticos en la contaminación del agua. Las botellas de agua o gaseosa que son de plástico, están hechas de PET (Polietileno Tereflalato), compuesto por petróleo en un 64%, 23% de derivados líquidos del gas natural y 13% de aire, que son altamente contaminantes para el medio-ambiente. El material plástico, apareció en la década del 50 como un gran descubrimiento, pero el impacto ambiental que produce es muy agresivo, ya sea por su lenta degradabilidad (alrededor de 150 años en descomponerse), y por la composición química que presentan.
Cuando una botella de plástico cae al suelo, rápidamente libera sustancias toxicas que dañan las propiedades naturales de la tierra, filtrándose por el subsuelo y afectando a las aguas subterráneas, como consecuencia todos los seres vivos que se alimenten de esa agua, como las plantas, acabarán dañadas. El daño de las botellas de plástico que causa en el agua, termina con la vida de muchas especies marinas, ya que al contacto con el agua liberan compuestos contaminantes y peligrosos para la vida animal, como el bisfenol. También el plástico contamina el aire que respiramos, debido a que en su fabricación como también en su quemado, liberan toxinas perjudiciales para nuestra salud. Además hay ciertos compuestos químicos de este material platico, que pueden ser absorbidos por nuestra piel y provocar problemas cutáneos graves. En la Ciudad de Buenos Aires, las botellas de plásticos que se tiran en la vía publica, van a parar a las alcantarillas y desembocan al Rio de la Plata, donde se forman islas de plásticos que afectan al medio-ambiente. El Gobierno porteño cuenta con un sistema de captación y recolección diferenciada de residuos, que permite llevar a cabo la recuperación de los materiales reciclables que los vecinos separan en sus casas. En este último año, el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana de la Ciudad de Buenos Aires, recibió cuatro premios internacionales, gracias a la política de recolección de residuos y reciclaje que desarrolla en la Ciudad.