La imagen de la mujer paciente que solo espera al varón parece estar quedando lejos de los nuevos estereotipos sociales que se plantean. Ellas avanzan ahora también en el deporte. Mujeres futbolistas. Los detalles. Penetran en todas las zonas consideradas del sector masculino y lo hacen en muchas ocasiones mejor. Las mujeres se animan a todo y van por todo. Los equipos de futbol mixto son el mejor ejemplo. Rompen con el perjuicio y modernizan el deporte. Mujeres y hombres se enfrentan en la cancha. Una sensación única donde se encuentran dos géneros dispuestos a todo. Las mujeres manejan la cancha y dominan el juego. No cabe duda que lo que ellas se proponen lo logran. Ya no es una cuestión de géneros sino de eficacia. Una picada sana de amigos domina el esquema del fin de semana. Las redes sociales abren paso a la invitación que realizan a través de ella. Los torneos se arman en post de ambos equipos mixtos y sus respectivas hinchadas. Un clásico de hoy entre adolescente. Desde 15 y hasta 30 años se suman a esta propuesta divertida sana y alegre. “Al principio me lastimaba jugando, era distinto al fútbol femenino que venía practicando, pero no porque los varones manejen más intensidad o más fuerza, como muchos se imaginan, el fútbol mixto es otro juego”. Manifiesta Natalia una gestora comercial de 30 años. Natalia y su equipo, llamado Fútbol Anti Patriarcado, se juntan todos los martes por la noche en una cancha de Palermo. Varones y mujeres juegan un partido y después comparten el entretiempo entre risas, bromas y refrescantes. La tendencia crece en todos los barrios y la aceptación también. A los hombres lejos de disgustarles les pone de buen humor compartir la cancha con el género femenino. Sin embargo no por ello juegan menos rudo o son más cuidosos. “Es que las mujeres deben acostumbrarse y aprender el verdadero jugo” manifiesta Fernando. “Al principio jugaba al fútbol femenino con amigas y aprendí un montón. Siempre amé este deporte, soy hincha de Rosario Central desde chiquita. Mis viejos son cero fútbol, ni los mundiales se veían en mi casa, pero yo me enamoré. Después encontré otras maneras de amarlo: Galeano, Apo, Fontanarrosa y Analía Fernández Fuks, que escribe y coordina grupos de escritura y fútbol”, cuenta Zonis. “Para mí es como una gran metáfora de la vida, es un tremendo ejercicio deportivo y cultural. No negamos que exista diferencia en nuestros cuerpos, pero la propuesta es construir desde ahí, desde lo distinto, y cuidarnos. Manifiesta Natalia. Los hombres que comparten la cancha aseguran no disminuir la intensidad del juego y hacer de cuenta que juegan con hombres sin embargo eso no es verdad. Los hombres disfrutan tanto la intervención femenina en el deporte que a menudo juegan con menos fuerza para no lastimar o lesionar a las contrincantes. Sin embargo las reglas que rigen el futbol mundial se aplican con todo el peso. Los psicólogos aseguran que la practica extensiva del deporte es muy positiva porque los hombres aprender a compartir un espacio tildado como “solo de hombres “con un genero distinto. Esto favorece la lucha contra la violencia de género porque ellos mismos cuidan de ellas en esta práctica y los habitúa a la caballerosidad y al cuidado por el otro.