Recorrer sus calles, y pasajes siempre es una alegría. Saludar y compartir con los queridos vecinos, observar las vidrieras amigables mientras el sol ilumina la permanente belleza de nuestra galería a cielo abierto: El Paseo de las Esculturas. Boedo es una auténtica puerta siempre abierta a esa gloria de ayer que tiene presente y un futuro para todos. Conocer la historia de nuestra Patria chica es una invitación constante desde la Junta de Estudios que preside la incansable Silvia Martínez. Porque Boedo es San Lorenzo, la Biblioteca Miguel Cané, Osvaldo Soriano...es la artista plástica Norma De Vita, el maestro del filete, Luis Zorz...es la FM, sus Centros Culturales y por supuesto, el periódico "Nuevo Ciclo" que este año cumple 28 años de labor ininterrumpida.
Boedo es poesía, tango, jazz, blues y rock and roll. También murga, fantasía de lentejuelas, redoblante y pasión carnavalesca. También es compromiso con la cultura y el medio ambiente.
Un poco de todo, "como en botica" diría la abuelita Rosa. Un poco de todo, que construye un universo único, de notable estilo y personalidad. Por eso cuando camino las calles de nuestro querido barrio, como el miércoles pasado, desde avenida Boedo al 1000 hacia San Juan y veo sobre el enrejado protector del monolito homenaje al Querido Aníbal Lomba una bicicleta encadenada y a un costado de la placa restos de comida...Me doy vuelta, no lo puedo creer pero es así, en la esquina misma donde el gran Homero Manzi escribiera Sur...
La falta de ubicación, de respeto, nos ha invadido, degradando todo a su paso. Como mancha de aceite... Seguimos en el "Cambalache" Discepoleano..."En un mismo lodo todos manoseados"...
El rodado encadenado a la reja del monolito dedicado al inolvidable Aníbal y los restos de comida sobre la placa recordatoria, es una manera de vandalizar. Esta situación lamentable y provocadora requiere de la aplicación de medidas urgentes para evitar que estas acciones que atentan contra la paz de una comunidad se vuelvan a repetir.
