La murga del bajo Flores vivió uno de sus peores años. Violencia y represión con el saldo de heridos y perjuicios materiales.
Como todos los barrios porteños, la murga del bajo Flores deseaba llevar un carnaval en paz.
Sin embargo, no fue el caso y el evento se vio afectado por situaciones de represión y violencia engendrados por la Gendarmería Nacional.
Insólitamente, cuando el festival de la alegría parecía desarrollarse con normalidad como todos los años, ocurrió un hecho que dejó perplejos a los vecinos.
La murga de "Los auténticos Reyes del Ritmo" pertenecientes a la Villa 1-11-14 fue atacada en medio de la función con una lluvia de balas de gomas que como consecuencia hirieron a un niño de 8 años el pasado 29 de enero.
La murga funciona como centro de reunión popular en muchos barrios porteños. Jóvenes, niños y adultos se reúnen en post del gusto por el ritmo y el contacto directo y divertido con el otro.
En muchas ocasiones hasta funcionan como centro de contención. Por este motivo el trabajo socia que realizan es muy significativo para la comuna.
Al parecer la Murga se encontraba desfilando cuando fue interrumpida por la Gendarmería Nacional Muchas personas resultaron heridas, y una madre y participante de la misma, manifestó su impotencia, dado que al intentar cubrir a su hijo sufrió graves heridas en su cuerpo, producto de las balas de gomas.
Una vez conocido el hecho la justicia dictaminó una investigación para conocer los detalles del incidente y los presuntos culpables del delito.
Si bien la murga fue fundada éste año en el barrio con el objetivo de poder contender y brindar a los niños y jóvenes la posibilidad de insertarse en el mundo del carnaval porteño, ellos aseguran ser una murga familiar.
Cuentan con 150 integrantes .El 80% de los integrantes son niños menores de 14 años.
Los niños de 2 años acuden con sus respectivos padres. Una murga completamente humilde , donde todos contribuyen con todos para lograr un espectáculo divertido.
El episodio habría sucedido en las cales internas del complejo habitacional ubicado entre las avenidas Esteban Bonorino y la calle Charrúa.
Las murgas más antiguas de la Ciudad de Buenos Aires como las de Boedo y La Boca, se unieron en el sentimiento de apoyo hacia el reciente grupo murguero conformado en la Villa 1-11-14.
A viva voz, estos y otros grupos murgueros de diferentes barrios protestaron contra estas medidas agresivas de parte del equipo de Seguridad Nacional.
Cuando se supone que el Carnaval debería ser un espacio de alegría y reunión barrial, a veces resultan inversas las esperanzas. Esta vez, el mal trago lo tuvieron los niños de la Villa 1-11-14